Armonizacion con cuencos




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Armonización con cuencos san andres, ballester
 
¿y qué es la vibración? La etimología de la palabra proviene del griego “energas” que significa “activo” es decir que la energía o vibración implica actividad o movimiento.

Desde el punto de vista oriental es admitido como un principio, desde la mas remota antigüedad, denominándola además como PRANA cuyas manifestaciones energéticas pasan a ser subproductos de ese esencial y omnipresente Prana que todo lo interpenetra.

Desde el punto de vista  científico es el movimiento interno que tiene cada ser o cuerpo que ocurre por el movimiento del electrón alrededor del átomo, todo cuerpo lo contiene, desde el corpúsculo y la célula, hasta el astro y los universos, todo está en vibración constante. La vibración de todo cuerpo puede ser captada y en especial la humana, la de las plantas, piedras y animales mediante el AURA, que es un CAMPO ELECTROMAGNETICO que rodea a cada ser y está compuesto por numerosas líneas de fuerza, crece y decrece, emite y recibe ondas de todo lo que existe y como todo lo que existe, afectándonos, causando sensaciones y emociones… Su sustancia es de la naturaleza de la luz, es decir a la vez que corpuscular y ondulatoria. Su volumen varia, así como también su color.

Una vibración es una onda en un segundo y la cantidad de vibraciones en un segundo es la frecuencia. Una frecuencia es una estado de vibración. Toda vibración es una pulsación de onda, que tiende a repetirse en círculos, por ejemplo el día y la noche, que comúnmente llamamos día, es un ciclo y también es una frecuencia. Los ciclos naturales son pulsaciones de ondas rítmicas que se manifiestan con una frecuencia regular, como son las estaciones del año, por ejemplo, las fases lunares, las pulsaciones del corazón… y si continuamos nos damos cuenta de que nuestras vidas son una frecuencia en constante dinámica cíclica.

Ahora, si hay algo que debe caracterizar tu Nueva Conciencia, si hay algo  que debe favorecer el que ‘te des cuenta’ de que todo se trata de algo más de lo que nos dijeron los modelos educativos anteriores, si hay algo que te debe llevar al siguiente nivel es la verdad de que todo es cuestión de vibración. TODO.

Ahora veamos que ventaja te da el tener este conocimiento. Debes comprender o asimilar, que hasta un pensamiento es algo que está vibrando. Si todo pensamiento vibra, todo pensamiento emite una señal, y así, cada pensamiento atrae otra señal de regreso que encaja perfecto  con la señal emitida. En otras palabras, tus pensamientos al vibrar emiten una frecuencia vibratoria que sintoniza con la misma frecuencia pero en el exterior, esta es la forma en que atraes las cosas a tu vida.

La manera mas sencilla de hacer que armonicen tus frecuencias vibratorias con las de tus deseos, es que ‘imagines’  que ya lo tienes, que al imaginarlo ‘sientas’ la maravilla de gozar aquello que deseabas, creer que ya lo tienes en tu experiencia de vida, dirigir tus pensamientos al disfrute como de ya tener aquello que deseas… con la práctica de esta poderosísima recomendación propia de la Nueva Conciencia, te mantendrás en la frecuencia vibratoria que necesitas para permitir así que aquello que deseas se manifieste en tu experiencia de vida.

Los estados de ánimo vibran y lanzan al espacio vibraciones en sonidos y en colores. Todos los estados mentales se lanzan al exterior del cuerpo que los crea, van golpeando cuerpos afines como hacen los instrumentos musicales y estas vibraciones afectan en bien y en mail a otras mentes, aumentando los estados emocionales y mentales que están a tono con ellas.

Cuando nuestro cuerpo recibe la cantidad adecuada de energía y en la vibración determinada, disfrutamos de una buena salud. Por el contrario, si ese nivel de energía y su vibración decaen, nos enfermamos en incluso morimos. Está mas que comprobado que nuestros pensamientos inciden sobre este nivel de energía y vibración y son capaces de acelerar o detener su frecuencia y es por esto que cuanto mas nos acercamos a las vibraciones elevadas (Amor) mejor nos sentimos y disponemos de una mayor cantidad de energía.

Entonces, nos queda claro que todo se trata de frecuencia y vibraciones o mejor dicho vibrar en la frecuencia correcta, hay que despertar a una nueva Conciencia y entender que todo se inicia contigo y como elijas sentirte: Si quieres recibir algo bueno, primero has de elegir vibrar a esa frecuencia alta y veloz, para que luego por lógica, por ley, lo atraigas al sintonizar con lo deseado. No funciona de otra forma.

Se dice que la Terapia vibracional será la medicina de la Nueva Era, aún cuando el creer esta afirmación no tendría porque quitarle crédito a otras medicinas llamadas complementarias. A través de lo que hemos anteriormente reconocido ¿Es que existe algo que no vibre?, ¿hay algo que sea estático?.

Todo es energía y toda energía tiene una onda vibratoria, ya sea luz, sonido, ondas electromagnéticas, o cromáticas; congelada o cristalizada, la energía vibra; lo único que cambia es la forma con la que se manifiesta debido al tipo de onda vibratoria.

Partiendo de esta base, es evidente que el cuerpo humano es así mismo energía en movimiento, las diferentes ondas de vibración, producen en el, percepciones y sensaciones. Las células y los órganos del cuerpo están continuamente vibrando a determinadas frecuencias.

El sonido es el elemento empleado en esta terapia vibracional. Se utilizan distintos instrumentos musicales como cuencos, diapasones, gong, campanas realizados con distintos metales, y la voz humana. Es, entonces una terapia complementaria que utiliza el sonido y la música para actuar benéficamente sobre los planos físico, emocional, mental y espiritual.

Cuando un órgano, estructura o tejido está sano, su vibración está en armonía con el resto del cuerpo. Cuando aparecen trastornos del estado de salud, estas frecuencias se alteran y se rompe la armonía. Utilizando el fenómeno de resonancia acústica es posible modificar estos patrones frecuenciales alterados, estimulando con sonido o música apropiados.

Desde que el físico alemán Hans Jenny, publicó sus descubrimientos basados en la investigación de los efectos de ondas de sonido sobre diferentes materias, y comprobando la variación de la organización de sus partículas que formaban diferentes figuras geométricas, la ciencia del sonido ha probado fehacientemente, que cualquier sonido cercano al organismo humano, originará un cambio físico en el interior del organismo y sus campos electromagnéticos

Estos sonidos perfectamente afinados rodean el cuerpo de la persona a tratar, y su frecuencia vibratoria afecta a nivel celular liberando patrones energéticos negativos encapsulados en el cuerpo y la mente. Actúa sobre las ondas cerebrales y todo el organismo entra en resonancia, produciendo una profunda relajación, reduciendo los ritmos cardiacos y respiratorios, haciendo que se produzcan endorfinas, que inhiben el dolor y producen una sensación de bienestar.

Por otra parte, la mayoría de las personas no emite ciertas frecuencias sonoras en su voz. Esta carencia se relaciona con tensión física o emocional, y enfermedades crónicas o potenciales. Cuando se le proporcionan las frecuencias faltantes, el cuerpo es sutilmente afinado recuperando sus ritmos naturales y su armonía.

La música y el canto son sumamente curativos. Se ha demostrado con la experiencia y la practica la correspondencia entre las notas musicales, el color, las frecuencias planetarias, los pesos atómicos de los elementos y el sistema energético humano.

Dentro de la terapia de sonido hay algunos instrumentos que cobran un valor incalculable por su alta vibración.
La moderna Biología comienza reconocer que muchas sustancias y tejidos del cuerpo humano, tienen las mismas propiedades que los cristales líquidos. El medico e investigador americano Ryerson asegura que, existen en el cuerpo físico y en los cuerpos sutiles varias estructuras cristalinas similares a cuarzo que amplifican el resultado positivo de las terapias víbracionales. Las sales celulares, los tejidos grasos, la linfa, los glóbulos rojos y blancos y la glándula pineal, son estructuras cristalinas que forman un sistema completo en el organismo, de manera que podríamos decir del ser humano que es un “cristal vivo”. Nuestro ADN se estructura en una doble espiral similar a la del cristal de cuarzo. Hay cuatro moléculas de sílice en cada una de nuestras muelas, y también está presente en la estructura cristalocoloidal liquida del cerebro. La sílice, que es cuarzo (óxido de silicio), abunda en los huesos, la sangre, el cabello, la piel, las uñas, los dientes.


Desde los orígenes de la humanidad, el hombre ha utilizado el sonido para comunicarse, para recibir información del entorno, así como también, para transformarse y sanar. Casi todas las culturas antiguas creían que el sonido era la fuerza creativa, generatriz, responsable de la creación del universo.
De hecho, actualmente sabemos con toda certeza, como de alguna manera también lo sabían los antiguos, que todo el universo está formado por átomos. Pero la materia no es estable. La materia está en continua vibración, en continuo movimiento, si nos adentramos al nivel atómico, los electrones se mueven constantemente a gran velocidad alrededor del núcleo.
Todo el Universo es vibración, que según su orden de frecuencia (cantidad de vibraciones por segundo) se crean diferentes tipos de ondas que se expresan como luz, color, sonido o forma. Estos diferentes estadios de densidad reproducen la manifestación de este planeta y los orígenes de la materia.
Es sólo desde la percepción de nuestros sentidos que el mundo físico toma un carácter estable, aunque esta forma de percepción parcial no resulte más que pura ilusión.
El sonido es una forma de energía en vibración o pulsación. Isaac Newton designó el fenómeno característico del sonido como pulsus o pulso:"Los sonidos no son otra cosa que pulsaciones del aire".

 
La vibración sonora genera una oscilación en las moléculas del aire, que vibra, resuena y transmite la vibración a las moléculas contiguas y así se va propagando a una velocidad que depende del elemento con el que se encuentre. En el caso de propagarse por el agua, la velocidad del sonido es cinco veces mayor que por el aire. Dado que el 70% de nuestro cuerpo está formado por agua, resulta evidente que nuestro organismo es un medio adecuado para la transmisión del sonido.
Cuando un objeto empieza a vibrar por la influencia de otro, decimos que han entrado en resonancia. Este principio de resonancia es el pilar fundamental de la terapia del sonido.


La relación entre vibración y sanación está anclada desde hace miles de años en diferentes culturas. Así por ejemplo, las religiones hindú y budista relacionan algún elemento vibracional con el inicio del ser y del cosmo. Incluso, párrafos extraídos de la física cuántica hablan de las vibraciones, del intercambio entre materia y energía, etc… De todo ello puedes ser “creyente” o “no-creyente“, y poco más. Porque desde el punto de vista ciéntifico nada se ha descubierto en esta relación “vibración-sanación”, en la que algunos han añadido el concepto “intención”. De este trinomio, vibración+intención=sanación.
Sin embargo, aún sin desvestirnos totalmente del hábito científico, las vibraciones se utilizan para el tratamiento y cura de ciertas dolencias. Quizá el caso más común sea la litotricia extracorpórea por ondas de choque para eliminar piedras en el riñón. Centrándonos en el ámbito sonoro-musical, pudieramos obtener buenos resultados en el tratamiento de algunas dolencias, sobre todo de índole emocional y en relación al dolor (aunque este caso ambas cosas puedan ser una). A este último respecto no haría falta únicamente la intención de la persona que emita dichas vibraciones, sino también la intención del “paciente”, pues en gran parte, la sanación vendrá dada en el cerebro de dicho paciente.
Con respecto al poder que la música tiene sobre la materia a nivel vibracional, en este caso en estado líquido, podemos buscar las investigaciones de Masaru Emoto. Esta persona es doctor en medicina alternativa por la Universidad Abierta Internacional de la India en 1992. Según sus experimentos, los pensamientos, las palabras y la música repercuten en el agua y en su formación de cristales. Si acercamos palabras, pensamientos o música “bonitas” al agua, los cristales que se producen tienen formas bellas, mientras que al contrario podemos observar al microscopio cristales no armónicos o la ausencia de éstos. Estas conclusiones, Masaru Emoto las extrapola al propio ser humano, cuya cantidad de líquido es del 75% aprox. Por tanto, según él, reunirnos de palabras, pensamientos y música estética y bella nos llevará a la creación y mantenimiento de un estado armónico saludable. Para esta afirmación tampoco hace falta hacer ningún experimento con el agua, bastaría con hacerlo con un grupo de personas, aunque el tema del agua es más estético y bello, y es aquí donde radica el quiz de la cuestión para Masaru Emoto, el cual propiamente no se considera un científico y afirma que a la hora de realizar las fotos de los cristales, solicita al fotógrafo que realice las fotos de aquellos cristales más armónicos y bellos. Con respecto a esto último, se comenta que qué ocurriría si el fotógrafo fuera ciego al experimento y no supiera, entre dos botes de agua, cual estuvo expuesto a las palabras o música bonitas y cual a feas palabras. Además, un físico nos podría indicar que en una misma gota de agua no se produce un único cristal (como ellos muestran), sino cientos de ellos, entre los cuales existen bellos y armónicos y feos.
Por tanto, de nuevo, puedes creer en ello o no. Nada más. Y en el creer estará tu verdad y tu sanación. Nada más. Que el hombre tiene la capacidad o características de ser afectado por elementos externos no es algo nuevo, y sobre ello saben mucho la psicología social y la sociología. Hace unas semanas visité a un antiguo conocido, catedrático de psicología en el área experimental de la Universdad de Valencia, y en otro contexto me decía:” Pues no voy el otro día a presentar una tesis a la facultad de biología y me dice un profesor de biología que el hombre y el perro son filogenéticamente iguales. Y claro, yo le digo. Me parece genial, pero tú insulta al perro durante un buen rato y dale de comer. Será la mar de feliz. Tú insulta durante un buen rato al hombre y después dale de comer. Posiblemente no ocurra lo mismo”.

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