lunes, 6 de mayo de 2013

La Cuencos y la Sanación

Los sonidos puros que emiten los cuencos armonizan las frecuencias de la materia en su entorno. Bastán pocos minutos para profundizar en estados de relajación y meditación.

El cuerpo mental se silencia, las emociones se tranquilizan, y se comienza a experimentar la paz. De su vivencia se obtiene el bienestar, y nuestras frecuencias se igualan a las del cuenco y al origen de la vibración.

Nos afecta desde lo más profundo de nuestras almas. Los sentimientos comienzan a fluir en direciones que no pueden preverse, formando canales para futuros sucesos. Puede producirse una inesperada transformación interna.

Mientras más nos tranquilizamos, mayores las posibilidades de entregarnos a los cuencos, conectarnos y volar. Una vez que llegamos a este estadio podemos trabajar con la conciencia espiritual.
La música de los cuencos son cantos sagrado, la actividad se vuelve sacra, particularmente cuando sus energias sanadoras y transformadoras ejercen sobre usted, pudiendo experimentar su propia belleza interior, alcanzando un sentimiento de dicha y satisfaccion en esta atmósfera meditativa.

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Cuando el "baño sonoro" es en un encuentro grupal, las posibilidades son muy amplias, pues además de mitigar el stress, podemos (y esa es nuestra propuesta) disolver nuestra personalidad, olvidarnos del ego, y contactar con el trasfondo silencio que observa. Y desde allí, comprender que el Silencio interior dentro de mí, es el mismo silencio interior dentro de tí.
Cuando un integrante del grupo vibra, todos estamos vibrando. Cuando uno sana, todos sanamos.


Soy tu reflejo.-

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